Harina de arroz

La harina de arroz se obtiene tras la molienda del grano ya limpio de este cereal, que da como resultado un producto con las mismas características nutricionales que las del arroz del que se obtiene. Al igual que el arroz, la harina derivada ayuda a controlar los niveles de colesterol y contribuye al correcto tránsito intestinal. Compuesta principalmente de carbohidratos y proteínas, la harina de arroz es el sustituto perfecto de la harina de trigo. Es un producto libre de gluten muy útil en recetas y formulaciones para personas celíacas, diabéticas, hipertensas, con problemas digestivos o cardiovasculares. En alimentación humana se utiliza para todo tipo de aplicaciones culinarias. Aunque su cualidad gastronómica más conocida sea su capacidad para espesar salsas, preparados cárnicos o chocolates, con harina de arroz se elaboran masas para panes, pasta, alimentos para bebés, cereales de desayuno, snacks, pasteles, aperitivos o bebidas sin gluten. Gracias a su escasa capacidad para absorber aceite y a su alto contenido en almidón, en tempuras y rebozados, añade texturas y matices que no pueden aportar otras harinas, como una capa exterior crujiente y mucho menos calórica que el equivalente con harina de trigo. Se trata de un alimento alcalino que favorece una menor acidez, digestiones más ligeras y un pH equilibrado. Además, la industria cosmética la lleva utilizando desde hace tiempo como base para cremas, jabones y mascarillas, como exfoliante natural, como desecante para pieles atópicas y sensibles o como aditivo de polvos de talco.